Por Juan Tomás Valenzuela
Un brote de midorexia
está afectando el país,
y hay gente de pelo gris
con síntomas de pirexia.
Empieza con anorexia
y ganas de no comer
y luego pretenden ser,
cuando han bajado de peso,
enemigos del exceso
y amantes del atelier.
Se van donde un estilista
pa’que su pelo canoso,
exhiba el negro frondoso
que gusta a tantos artistas.
Se disfrazan de ciclistas
(igual que hace Jochy Santos)
y van mostrando su encanto
de tarde en el Mirador,
aunque pierdan el color
de un tinte que costó tanto.
Una cinta en la cabeza
para que con el calor,
no se les chorée el color
del Bigen negro turquesa.
Ya no comen hamburguesas
ni pulpo donde Rapín,
los biscochos de Nitín
no los quieren en su dieta,
y de la morcilla prieta,
ya no se acuerdan ni un chín.
¿Pero cuál será el afán
que hace que estos viejos verdes
no quieran que los recuerden
como ellos realmente están?
Vestirses como galán,
con ropas de calidad,
no les quitará en verdad
los males del reumatismo,
los dolores del priapismo,
ni las mañas de la edad.
Yo vi una foto de Amable
y otra igual de Quique Antún,
que pá mi que fue betún
que se untó ese despreciable.
Una imagen comparable
a la de Nayib Bukele
y el mechón de Tongolele
en la fea barba de Amable,
lo hace menos presentable
que a Tin Tán y su ukelele.
Juan de lo Palotes
23 junio 2019